En los tiempos que corren es importante saber escoger el mejor sistema de calefacción para el hogar. Por eso, hay que tener en cuenta diversos factores que pueden marcar la diferencia, como el ahorro de electricidad y su impacto ambiental.
Si necesitas un nuevo radiador o quieres cambiar el que ya tienes, existen dos interesantes opciones a tener en cuenta: los radiadores de aceite y los radiadores eléctricos. Ambas opciones son de radiadores de bajo consumo energético y con un impacto ecológico muy bajo.
Ambos funcionan con electricidad, pero difieren en el medio y la forma que distribuyen el calor. Por supuesto, son sistemas auxiliares y no están indicados como sistemas principales de calefacción. Se pueden usar en habitaciones pequeñas, viviendas secundarias o en lugares donde las temperaturas no sean muy bajas.
Aceite de radiadores eléctricos
Como ya te hemos dicho, los radiadores de aceite son radiadores eléctricos que usan el aceite como medio para distribuir el calor. El calor en estos es generado por medio de una resistencia que calienta el aceite y este distribuye el calor a lo largo del mismo. Es importante saber que el aceite de estos radiadores no es tóxico.
El aceite no funciona como combustible del radiador. En realidad, es un medio que transfiere y almacena calor, pero el radiador transmite el calor por convección. Este aceite no alcanza su punto de ebullición por lo que no se generan gases al momento de calentarse. No es necesario recargarlo ni cambiarlo, salvo en caso de una fuga.
¿Diferencias entre los radiadores eléctricos y los de aceite?
Ambos tipos de radiadores funcionan con electricidad por medio de un enchufe. No obstante, en cuanto al sistema de distribución y almacenamiento del calor tiene características muy diferentes.
Los radiadores eléctricos tienen un ventilador u otro tipo de material, metal o cerámico, que ayuda a dispersar el calor.
Los radiadores de aceite funcionan por medio de convección. Distribuyen el calor a través del radiador por medio de aceite, el cual es calentado por una resistencia eléctrica. Este líquido se distribuye a los largo del radiador calentándolo y así consigue almacenar el calor durante más tiempo.
Otra diferencia importante está en el tiempo de calentamiento. Un radiador eléctrico empieza a distribuir el calor casi de forma inmediata. Por su parte, el radiador de aceite tarda un poco más debido a su proceso de distribución del calor.
Ventajas de los radiadores de aceite
- Los radiadores de aceite son de bajo consumo energético.
- No son tóxicos.
- Son económicos.
- No emiten sonidos molestos.
- No necesitan mantenimiento.
- Son portátiles y no requieren ningún tipo de instalación.
- Mantienen el calor de forma constante gracias a su termostato. Conservan el calor aproximadamente durante 45 minutos después de apagados.
- Se puede programar la hora de encendido. También tienen apagado automático, una vez tengan la temperatura ideal se apagan.
- Son fáciles de limpiar y no necesitan de un mantenimiento especializado.
- No emiten residuos, solo en caso de una fuga de aceite.
Inconvenientes de los radiadores de aceite
- No calientan muy rápido.
- Algunas veces cuando empiezan a calentar puede percibirse un ligero olor a aceite.
Recomendaciones para usar un radiador de aceite
Es importante tener en cuenta los siguientes consejos si vas a adquirir un radiador de aceite. Este tipo de radiadores no pueden usarse para secar ropa. Las temperaturas que alcanzan pueden ser muy altas y quemar los tejidos.
Es importante mantenerlos libres de polvo, esto ayuda a que funcione más eficientemente. Están indicados para temperaturas medias, la factura eléctrica puede ser elevada si están todo el día conectados.